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sábado, 23 de enero de 2021

Web junkie (Israel, 2013) reseña


"Usaba internet. Mi padre me trajo aquí para ver al médico... Pero me ataron las manos y me encerraron aquí"

Director: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Guion: Shosh Shlam, Hilla Medalia
 
El documental empieza con la cara desesperada de un adolescente chino. Está llorando. Dice que todavía no sabe realmente por qué está allí. No hizo nada malo. Sus padres lo drogaron y lo llevaron allí mientras aún dormía y ahora, está atrapado.

 

"Sólo estaba jugando", dice. Se siente realmente desesperanzado, deprimido y sin motivación para vivir y, exactamente igual que él, otros 70 adolescentes están en la misma situación. No hay tiempo para jugar allí. Sólo marcha, obedece órdenes y sé reprogramado.
 
Bienvenido a Daxing Camp, donde su inútil hijo adicto a los videojuegos puede "reconfigurarse” a sí mismo, y finalmente, emocionado de convertirse en un miembro responsable y productivo de la sociedad china.
 
Según un informe publicado por China Internet Network Information Center en 2017, 170 millones de personas menores de 18 años utilizan regularmente Internet en China. La industria de los videojuegos alcanzó los 24 mil millones de dólares SOLO en 2016, y aunque la contribución a la economía china es enorme, la industria del videojuego todavía es fuertemente criticada y culpada, porque en realidad es la droga de 24 millones de adolescentes completamente adictos que pasan más de 17 horas jugando a diario. La adicción a Internet es un verdadero problema en China. La situación era tan mala que, en 2008, el Gobierno decidió aplicar nuevas leyes para regular el uso de videojuegos y declarar formalmente la "adicción a Internet" como un trastorno clínico. Abrieron 400 campamentos de rehabilitación para dar ayuda clínica, médica y apoyo psicológico a los hijos perdidos de familias desesperadas y rotas.
 
Este documental ha sido extremadamente difícil de ver: en mi opinión, estos chicos únicamente estaban jugando. ¿Merecían ser tratados como monstruos sólo porque aman "World of Warcraft"? No, claro que no. Pero la mayoría de ellos dejaron la escuela, descuidaron a familiares y amigos y rechazaron cualquier contacto con la realidad. Pasan la mayor parte del tiempo en cibercafés, algunos de ellos gastan más de 8500 dólares jugando a videojuegos y están despiertos durante días. Ahora en el campamento, parecen zombies que duermen en exceso.

No soy gamer, en general, no soy una gran fan de la tecnología y todavía me cuesta usar mi smartphone, pero para cualquiera que vea este documental, es definitivamente claro que para estos adolescentes los videojuegos no son sólo un hobby, sino una manera de escapar de la presión que la sociedad les impone para tener éxito, para tener un buen trabajo, para finalmente comprometerse con algo serio.
 
La directora de la película eligió los primeros planos como estética narrativa y es magistral cómo deja -frente a la cámara- no las bocas, sino los ojos de esos chicos para hablar de mundos ocultos en los que se aventuran solos para no ser observados o juzgados.  En estos mundos lejanos pueden ser finalmente ellos mismos, pueden ser entendidos y tener amigos reales que, probablemente, comparten con ellos esta cosa (realmente me cuesta decir "adicción").
 
Gran parte de la crítica que tuvo que hacer frente el documental se centra en la falta de conocimiento del método de curación y opciones terapéuticas, pero, con el beneficio de la duda, creo que no ha sido realmente fácil filmar en un hospital militar bajo vigilancia forzada y revisión cercana a la censura. La tensión durante el rodaje es claramente palpable e incluso los psicólogos, en esos raros momentos en los que se les enfoca durante la terapia, se expresan con la misma facilidad como si caminaran sobre cáscaras de huevo.
 
Esta tensión en la filmación también incluye al misterioso profesor/especialista en adicciones/cerebro del campo Dr. Tan Ran que, con palabras pomposas, hace que el punto principal del problema sea bastante evidente: las familias tienen miedo de tener un enfermo mental en casa, el Gobierno teme que los jóvenes dejen de ser funcionales, no se comuniquen y rechacen los roles sociales y las relaciones, se conviertan en adultos ansiosos y deprimidos, inútiles para la sociedad, y algo por lo que deben avergonzarse por su productividad nula.

Ambas partes se niegan a ver la realidad: estos adolescentes se sienten profundamente solos, desconfían de los adultos que cortan cualquier comunicación con ellos y, sobre todo, rechazan la visión confuciana de la familia donde los padres siempre tienen razón sólo porque son tus padres.

Con sus ojos vacíos estos chicos dicen: "No te respetaré si no me oyes".

Realmente te parte el corazón, pero soy una persona romántica y me gustaría pensar que su adicción a los videojuegos es sólo su manera de gritar NO.

Lo mejor:  Todas las escenas durante la terapia familiar son realmente poderosas y te golpean en el estómago.  Si no sientes eso: lo siento, amigo, eres un desalmado.
 
Lo peor: Consistente con su selección narrativa, la directora elige de nuevo un enfoque antropológico centrado en los protagonistas atormentados y, a propósito, deja fuera incluso una mínima investigación sobre el mercado masivo del videojuego chino.

Escrito por Valentina Zaccagnini.

TRAILER 


 

Web junkie (Israel, 2013) review


“I used the internet. My dad brought me here to see the doctor… But they tied my hands and locked me in here instead”

Director: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Writer: Shosh Shlam, Hilla Medalia


The documentary opens with the desperate face of a Chinese teenager. He’s crying. He said that he still doesn’t really know why he’s there. He didn’t do anything wrong. His parents drugged him and took him there while he was still sleeping and now, he’s trapped.

 

 “I was just playing” he says. He’s feeling actually hopeless, depressed and with no motivation to live and, exactly like him, other 70 teenagers are in the same situation. There’s no time to play there. Just march, obey orders and be reprogrammed.

 
Welcome to Daxing Camp, where your useless videogame-addicted son can “reconfigure” himself, and finally become responsible and excited to become a productive member of Chinese society.

 

According to a report released by China Internet Network Information Center in 2017, 170 million people under 18 regularly use internet in China. The videogames industry reached 24 billion dollars JUST in 2016 and even if the contribution to the Chinese economy is quite huge, game industry is still strongly criticized and blamed, because it’s actually the drug dealer for 24 million teenagers that are completely addicted, and spend more than 17 hours gaming on daily basis. Internet addiction is a real problem in China. The situation was so bad that, in 2008, the Government decided to implement new laws to regulate the use of videogames and formally declare “internet addiction” as a clinical disorder. They opened 400 rehabilitation camps to help desperate and broken families giving clinical and medical help and psychological support to their lost children.

This documentary was extremely painful to watch: in my view, these boys were just playing. Did they deserve to be treated like freaks just because they love “World of Warcraft”? No, of course not. But most of them quit school, neglected family and friends and refused any contact with reality. They spent most of the time at internet cafés, some of them spent over 8500 dollars to play videogames being constantly awake for days. Now in the camp, they look like just oversleeping lifeless zombies.

 
I am not a gamer, at all, in general I’ am not a huge fan of technology and I am still struggling to use my smartphone but, for anyone watching this documentary, is definitely clear that for these teenagers gaming is not just a hobby but a way to escape from the pressure that society put on them to succeed, to have a good job, to finally settle and commit themselves to something serious.

 

The movie director chose close–ups as narrative aesthetic and it’s masterful how she lets – in front of the camera- not the mouths but the eyes of those boys to talk about hidden worlds in which they venture alone to not be observed or judged.  In these far worlds they can be finally themselves, they can be understood and have real friends that, probably, share with them this thing (I really struggle to say “addiction”).
 
Much of the criticism that the documentary had to face is focused on the lack of insight into the healing method, therapeutic choices but, with the benefit of the doubt, it hasn't been really easy to shoot in a military hospital under close and forced surveillance and review. Tension during shooting in the presence of the camera is clearly palpable and even the psychologists, in those few moments when they got framed during counselling, they express themselves with the same ease as they are walking on eggshells.

 

This tension in the shooting also includes the mysterious professor/addiction specialist/mastermind of the camp Dr. Tan Ran who, in many pompous words, makes the main point of the problem quite evident: families are afraid to have a mental ill person at home, the Government fears that young people stop to be functional, do not communicate and reject social roles and relationships, to turn themselves into depressed and anxious adults who are actually useless to society, and something to be ashamed because of their non-productivity.
 
 
Both of the parts refuse to see reality: these teenagers feel deeply lonely, they distrust adults cutting any communication with them and, above all, they reject the Confucian vision of the family where fathers are always right just because they are your parents.


With their empty eyes these boys say: "I won't respect you if you won't hear me".
It's really heart breaking but I’m a romantic person and I would like to think that their games addiction is only their way to scream a giant NO.


The best: All the scenes during family therapy are truly powerful and they hit your guts. If you don’t feel that: sorry mate, you are heartless.
 
The worst: Consistent with her narrative choices, the director chooses again an anthropological approach focusing on the tormented protagonists and, purposely, leaving out even a minimal investigation to the massive Chinese videogames market.
Written by Valentina Zaccagnini.
 
TRAILER 
 

 

miércoles, 20 de enero de 2021

Hot Soup (China, 2020) review

 "It doesn’t matter if society changes, people's desire to find       happiness remains the same"


Director:
Zhang Ming
Screenplay: Zhang Ming, Wu Ming, Liu Qinyu
Cast: Thomas Price, Li Meng, Zuo Yi

The interesting director Zhang Ming (The pluto moment, The bride) returns with his new production, Hot Soup. An interesting film that tells us about happiness, its quest, its meaning, but above all, how we anchor ourselves on that journey to find it and whether sometimes we lose the course of our lives.

 
 
 
As customary in some productions of this director, the film shows the plot from various points of view. In this case we have four protagonists with different plot threads but that by the montage and several common objects gives us the feeling that there is only one main character. Something we found tremendously original and successful.

Four wonderful stories about four great women in search of happiness in modern Shanghai.

A young executive argues with her fiancé about starting a family, her disagreements will lead the couple to make disparate decisions. A PhD student argues with her teacher for her thesis on happiness. A teenage girl fails to find the perfect boyfriend who meets the expectations of her father, a cruel mobster in a wheelchair for life. A girl dreams of going to the United States who falls in love with a young taxi driver. 
 
 
Hot soup is a delight in many of its aspects, sometimes strange and sometimes a very close film, with a slow tempo, but of agile and surprising montage, that will show us the difficult path of four women to find and understand what happiness is. 
As we have told you before, the plot unfolds from a unique and quite original point of view, since all the stories are intertwined as if it were a single protagonist, showing the viewer that tireless quest to get such precious treasure, that even if they don’t share a path, they have the same destination.

At first glance it may seem like a simple film, but director Zhang Ming delights us with endless details and nuances that manage to capture our attention in an excellent exercise of elegance and good work, but always without losing those specks of tradition that we love to see so much in his films.

"What's the point of investigating when you already have the solution"

Technically the film is excellent, thanks to its elegant soundtrack and a gentle photography with a certain predominance for greenish tones and precise camera work. It also worth mention that it has a remarkable cast with very solid interpretations and quite varied locations. 
 

In short, Hot soup is an exquisite film about life, effort, dedication and how humans become obsessed with seeking precious happiness and sometimes we don't realize that you get it from the little things of everyday life. A clear reflection of how demanding modern society is if you are a woman, and how this brave woman keep trying to find the yellow brick road, when their happiness depends on the ruby shoes.

The best: Its original montage.
Visually very cared for.
A luxury cast.

The worst: A somewhat strange film if you can't get into what the director proposes.
The montage, although we thought it was wonderful, can confuse more than one viewer.

Hot Soup (China, 2020) reseña

"No importa si la sociedad cambia, el deseo de las personas por
encontrar la felicidad sigue siendo el mismo" 


Director:
Zhang Ming
Guion: Zhang Ming, Wu Ming, Liu Qinyu
Reparto: Thomas Price, Li Meng, Zuo Yi

El interesante director Zhang Ming (The pluto moment, The bride) regresa con su nueva propuesta, Hot Soup. Una interesante película que nos habla sobre la felicidad, su búsqueda, su significado, pero sobre todo de cómo las personas nos anclamos en ese viaje por encontrarla y en ocasiones, perdemos el rumbo de nuestras vidas.

Cómo ya es habitual en algunas producciones del director, la cinta muestra la trama desde varios puntos de vista. En este caso tenemos cuatro protagonistas con hilos argumentales diferentes pero que por montaje y varios objetos comunes nos da la sensación de que solamente hay un único personaje principal. Algo que nos ha parecido tremendamente original y acertado.

Cuatro maravillosas historias sobre cuatro grandes mujeres en busca de la felicidad en el Shanghai moderno.

Una joven ejecutiva discute con su prometido sobre formar una familia, sus discrepancias llevarán a la pareja a tomar decisiones dispares. Una estudiante de doctorado choca con su profesor por su tesis sobre la felicidad. Una adolescente no logra encontrar el novio perfecto que cumpla con las expectativas de su padre, un cruel mafioso postrado en una silla de ruedas de por vida. Una chica sueña con ir a los Estados Unidos que se enamora de un joven taxista.
 
 
Hot soup es una delicia en muchos de sus aspectos, un film a veces extraño y en ocasiones muy cercano, de tempo pausado, pero de montaje ágil y sorprendente, que nos mostrará el difícil camino de cuatro mujeres por encontrar y entender que es la felicidad.
 
Como ya os hemos comentado antes, la trama se desarrolla desde un punto de vista único y bastante original, ya que todas las historias están entrelazadas como si de una única protagonista se tratase, mostrando al espectador esa búsqueda incansable por conseguir tan preciado tesoro, que aun no compartiendo ruta, tienen el mismo destino.

A primera vista puede parecer una película simple, pero el director Zhang Ming nos deleita con un sinfín de detalles y matices que consiguen captar nuestra atención en un excelente ejercicio de elegancia y buen hacer, pero siempre sin perder esos apices de costumbrismo que tanto nos gusta ver en sus films.

"Qué sentido tiene investigar si ya tienes la solución"

Técnicamente el film está muy trabajado, gracias a su elegante banda sonora y a una suave fotografía con un cierto predominio por los tonos verdosos y un preciso trabajo de cámaras. También añadir que posee un notable reparto con unas interpretaciones muy sólidas y unas localizaciones bastante variadas. 
 
 
En definitiva, Hot soup es una exquisita película sobre la vida, el esfuerzo, la dedicación y de cómo los humanos nos obsesionamos en buscar la preciada felicidad y en ocasiones no nos damos cuenta que se obtiene de las pequeñas cosas del día a día. Un claro reflejo de lo exigente que todavía es la sociedad moderna si eres mujer, y de cómo estas valientes siguen intentando encontrar el camino de baldosas amarillas, cuando su felicidad depende de los zapatos de rubíes.

Lo mejor: Su original montaje.
Visualmente muy cuidada.
Un reparto de lujo.

Lo peor: Una cinta un tanto extraña si no consigues entrar en lo que nos propone el director.
El montaje, aunque nos ha parecido una maravilla, puede llegar a confundir a más de un espectador.