"Esta espada ha sido forjada con brujeria"
Director: Wang Yao.
Guion: Wang Yao.
Reparto: Liu Kai-chi, Jiro Wang, Viola Mi, Shu chen Chen.
Al final del período de primavera y otoño, los cinco reyes luchan entre si constantemente mientras que los habitantes viven con miedo y sumidos en la pobreza. El avaricioso y despiadado rey de Wu busca desesperadamente forjar la espada perfecta para conseguir poder sobre sus enemigos. El Gran Maestro de la Espada Ou Ye Zi se niega rotundamente a ser cómplice de las atrocidades de su rey, por lo que huye del palacio y oculta su identidad durante años. Qing Yun, Gan Jiang y Mo Ye son valientes y gentiles, el amor que sienten entre los tres es tan sólido como el oro. Su maestro Ou Ye Zi le enseñó el arte de la espada y como forjarlas, pero sobre todo a vivir en paz y armonía. Un fallido intento de asesinato sobre el rey Wu desembocará en un trágico incidente que cambiará para siempre las vidas de nuestros protagonistas.
Spirit of two swords es un entretenido Xianxia que mezcla con acierto drama, acción y fantasía. Nos ofrece una historia simple pero bien ejecutada, donde el amor, la traición y el honor se entremezclan en una trama con cierto aire clásico.
La cinta posee un acertado equilibrio que la hace muy fácil de digerir, aunque hubiéramos preferido algo más de acción, ya que se centra demasiado en los caminos del romance y la traición.
Visualmente el film luce bien, tanto por sus decorados como por el gran trabajo de vestuario, además su luminosa fotografía realza esa fantasía china que tanto buscamos los seguidores del género.
El reparto principal lo componen Jiro Wang, Shu Chen y Viola Mi. Nos ofrecen unas buenas interpretaciones construyendo unos personajes carismáticos que aportan vida a la trama y ofrecen mucho juego, sobre todo en la primera parte del metraje. Como curiosidad, nos ha encantado ver al veterano actor Liu Kai-chi en el rol de maestro espadachín, en una interpretación divertida y muy amena.
En definitiva, los amantes del Xianxia disfrutarán de Spirit of two swords por sus coreografías de acción y ese toque clásico de fantasía que le sienta tan bien. Un entretenimiento de calidad lleno de magia, espadas y villanos malvados. Love it!
Lo mejor: Su corta duración.
El trio protagonista.
La ambientación y decorados.
Lo peor: Algún momento de drama forzado.
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sábado, 9 de mayo de 2020
miércoles, 6 de mayo de 2020
Typerwriter (India, 2019)
"Cuando una persona muere de manera antinatural, su alma queda atrapada entre dos mundos"
Director: Sujoy Ghosh
Guion: Sujoy Ghosh, Suresh Nair, Raj Vasant
Reparto: Mikhail Gandhi, Palomi Ghosh, Sameer Kochhar, Purab Kohli, Jishu Sengupta, Bijou Thaangjam, Sara Gesawat, Palash Kamble, Harish Khanna, K.C. Shankar, Masood Akhtar, Kanwaljit Singh
Typewriter es una serie india de terror que se puede disfrutar en Netflix y que viene a ser una propuesta más dentro de todo el catálogo asiático al que podemos optar. Consta de 5 capítulos que posiblemente continúen en una segunda temporada, así que les invito a todos los curiosos del terror asiático que le echen un ojo.
Typewriter trata de una familia de cuatro miembros que se muda a una mansión perteneciente a la familia por parte de la madre. De pequeña, vivió allí con su abuelo, escritor de novelas de terror, muriendo en la mansión en extrañas circunstancias. Desde entonces, la casa ha tenido fama de estar encantada y de tener fantasmas viviendo en su interior. Lo curioso de la serie es que se centra en un grupo de niños (y un perro) de la zona que están obsesionados con los fantasmas y con la mansión en cuestión. Suelen faltar a clase para hablar de espíritus y vigilar la casa, por lo que se sorprenden bastante con la llegada de los nuevos inquilinos a Villa Bardez. Tras la mudanza, comenzarán una serie de asesinatos escalofriantes mientras los niños empiezan a desentrañar la historia de la mansión rebuscando en el pasado. La niña del grupo de los pequeños es hija del jefe de la policía local, quien también ayudará a descifrar el enigma del lugar.
Es una serie que comienza con un primer capítulo increíble pero que a medida que avanza puede perder el interés del espectador. Quizás problema es la mezcla de varios géneros: comedia, terror, drama, suspense, ocultismo, pero sin medida alguna y que no termina de cuadrar. Eso sumado a personajes y subtramas que no aportan nada a la historia y unos protagonistas demasiado jóvenes hace que parezca un intento fallido de Stranger Things.
Las actuaciones son aceptables, el diseño de producción hubiera necesitado más presupuesto y el uso de la música algo excesiva puede quitar tensión en los momentos donde es necesaria. Aun así, no es que ofrezca nada nuevo, pero eso no significa que su visionado no resulte agradable y entretenido. Es interesante cuanto menos.
Lo mejor: Un villano curioso, pero del que no profundizan. El grupo de niños es adorable.
Lo peor: No ofrece nada memorable. Va perdiendo fuerza según avanzan los episodios.
Director: Sujoy Ghosh
Guion: Sujoy Ghosh, Suresh Nair, Raj Vasant
Reparto: Mikhail Gandhi, Palomi Ghosh, Sameer Kochhar, Purab Kohli, Jishu Sengupta, Bijou Thaangjam, Sara Gesawat, Palash Kamble, Harish Khanna, K.C. Shankar, Masood Akhtar, Kanwaljit Singh
Typewriter es una serie india de terror que se puede disfrutar en Netflix y que viene a ser una propuesta más dentro de todo el catálogo asiático al que podemos optar. Consta de 5 capítulos que posiblemente continúen en una segunda temporada, así que les invito a todos los curiosos del terror asiático que le echen un ojo.
Typewriter trata de una familia de cuatro miembros que se muda a una mansión perteneciente a la familia por parte de la madre. De pequeña, vivió allí con su abuelo, escritor de novelas de terror, muriendo en la mansión en extrañas circunstancias. Desde entonces, la casa ha tenido fama de estar encantada y de tener fantasmas viviendo en su interior. Lo curioso de la serie es que se centra en un grupo de niños (y un perro) de la zona que están obsesionados con los fantasmas y con la mansión en cuestión. Suelen faltar a clase para hablar de espíritus y vigilar la casa, por lo que se sorprenden bastante con la llegada de los nuevos inquilinos a Villa Bardez. Tras la mudanza, comenzarán una serie de asesinatos escalofriantes mientras los niños empiezan a desentrañar la historia de la mansión rebuscando en el pasado. La niña del grupo de los pequeños es hija del jefe de la policía local, quien también ayudará a descifrar el enigma del lugar.
Es una serie que comienza con un primer capítulo increíble pero que a medida que avanza puede perder el interés del espectador. Quizás problema es la mezcla de varios géneros: comedia, terror, drama, suspense, ocultismo, pero sin medida alguna y que no termina de cuadrar. Eso sumado a personajes y subtramas que no aportan nada a la historia y unos protagonistas demasiado jóvenes hace que parezca un intento fallido de Stranger Things.
Las actuaciones son aceptables, el diseño de producción hubiera necesitado más presupuesto y el uso de la música algo excesiva puede quitar tensión en los momentos donde es necesaria. Aun así, no es que ofrezca nada nuevo, pero eso no significa que su visionado no resulte agradable y entretenido. Es interesante cuanto menos.
Lo mejor: Un villano curioso, pero del que no profundizan. El grupo de niños es adorable.
Lo peor: No ofrece nada memorable. Va perdiendo fuerza según avanzan los episodios.
TRAILER
lunes, 4 de mayo de 2020
Leftover Women (Israel, 2019) Review
“Sorry if I’m being too straightforward but you are not beautiful in the traditional sense… Also, you are old”
Director: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Writers: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Shosh Shlam - an Israeli director born and raised in one of those ultra-orthodox Jewish communities that make wives churn out a multitude of children – was very curious to investigate and report how actually motherhood works in a country that instead fully recommends (or maybe we should say forces) women to have only one child and, before of this, put an enormous amount of stress on them about arranging somehow a young marriage with…Well, someone good to finally find a place in the world.
Sheng nu is a derogatory term popularized by the Chinese government to describe “leftover women”, all those poor unfortunate ones in their late 20s and 30s who have not been lucky/smart/clever/fast enough to place themselves in a family context as wives and mothers.
The documentary follows 3 Beijing women who are struggling to get a husband, and make everyone around them happy, without selling their lives and souls.
Hua Mei, is a successful lawyer who visits a dating agency to find her perfect match. After talking a bit with the agent, the only feedback that she receives is that her age and her looks make her a non viable option for the marriage market.
“You are nothing so special, people at your level won’t be interested in you. So, you know, better don’t be pretentious; your time is running out.”
For Gai Qi is more complicated: her family was quite wealthy, but her father died too soon and left the family in a bad economic situation that interferes with the chance of arranging a good marriage. Nobody wants a poor girl, even if she is an independent hard worker. So, the only solution is a disenchanted pragmatism because, after all: “You need to compromise for your marriage”.
Xu Min has a degree in Communication, she is the host of a successful Pekingese radio show, and she is a restless regular visitor of speed/blind dates (they honestly look more like terrifying human markets); special events attended not only by young people, but also by all those parents who search around – like hounds – in order to find suitable matches for their beloved children.
Clearly not fantastic scenarios to find soulmates around and enjoy your life.
Marriages are something that Chinese society and government want to desperately regulate and control. Looking back, the one-child policy introduced in China in 1979 as a birth planning program wasn’t a brilliant idea in the long term. At that time having a male child was considered more valuable, so now there are 30 million “extra” men around, many of whom will never find a partner. This is very threatening to national stability in an already complicated cultural mechanism that looks at the marriage not as a celebration of love, but more as a socio-economic agreement (or deal) between 2 families. Chinese marriage is not a real choice, in fact, it is way more a matter of fact of being chosen by someone who looked at you like a commodity.
Men are expected to bring money and always be dominant. On the other hand, women are expected to be young and manageable and in order to marry “up” and be finally happy and fulfilled with children. There is no happiness in being alone, and that’s why leftover women, even being very successful and highly educated, are seen as rebels: they don’t follow the social order, and they are considered as something to fight, to control, to diminish, to feel uncomfortable about.
The beauty of this documentary is made by 2 things: faces and words.
More than a very accurate journalism report, the documentary is more a story about humans still not being able to be independent, and Shlam chooses to talk about this with a more intimate and honest look, wisely using close-ups of the people in it. The video camera gently lingers on the faces in the real moment of disillusionment, envy, memory, anger, shame; when these women realise that it’s impossible to be different from what they are, and they still have to choose between fight, and manage all the consequences, or surrender and keep their dignity up.
The determined choice to show the rawness in usual conversations is really emotionally exhausting to process, but at least it helps to understand how difficult must be living in a perpetual judgemental condition, where everything about yourself have to be always on the table and nothing can be hidden anywhere safe. This is the real power of the movie: show the dichotomy between what you are and what the world wants from you.
These 2 things remain always very distinct, there is no fusion or synthesis between them, and the solutions are usually only 2: keep yourself nice and tame in order to learn to act well, or grab your balls and run away from the circle that they drew around you.
Leftover Women comes recommended if you are in your 30s, and people make you feel uncomfortable about your choices, if your ovaries weirdly start to ticking, if you are the only one of your friends not been married yet, if your mom asks you when she’s going to have grandchildren, and you feel lost and too scared to find the right words to just say: “Now, I just really don’t know”.
The best: Masochistically, I will say that all the dialogues are so true, so painful, so straight, so unfairly real to give us a great spotlight of women’s private struggle.
The worst: Would have liked to see a deeper social and political analysis of Chinese government policies about family and parenthood, but I assume that this point is missed on purpose.
Director: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Writers: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Shosh Shlam - an Israeli director born and raised in one of those ultra-orthodox Jewish communities that make wives churn out a multitude of children – was very curious to investigate and report how actually motherhood works in a country that instead fully recommends (or maybe we should say forces) women to have only one child and, before of this, put an enormous amount of stress on them about arranging somehow a young marriage with…Well, someone good to finally find a place in the world.
Sheng nu is a derogatory term popularized by the Chinese government to describe “leftover women”, all those poor unfortunate ones in their late 20s and 30s who have not been lucky/smart/clever/fast enough to place themselves in a family context as wives and mothers.
The documentary follows 3 Beijing women who are struggling to get a husband, and make everyone around them happy, without selling their lives and souls.
Hua Mei, is a successful lawyer who visits a dating agency to find her perfect match. After talking a bit with the agent, the only feedback that she receives is that her age and her looks make her a non viable option for the marriage market.
“You are nothing so special, people at your level won’t be interested in you. So, you know, better don’t be pretentious; your time is running out.”
For Gai Qi is more complicated: her family was quite wealthy, but her father died too soon and left the family in a bad economic situation that interferes with the chance of arranging a good marriage. Nobody wants a poor girl, even if she is an independent hard worker. So, the only solution is a disenchanted pragmatism because, after all: “You need to compromise for your marriage”.
Xu Min has a degree in Communication, she is the host of a successful Pekingese radio show, and she is a restless regular visitor of speed/blind dates (they honestly look more like terrifying human markets); special events attended not only by young people, but also by all those parents who search around – like hounds – in order to find suitable matches for their beloved children.
Clearly not fantastic scenarios to find soulmates around and enjoy your life.
Marriages are something that Chinese society and government want to desperately regulate and control. Looking back, the one-child policy introduced in China in 1979 as a birth planning program wasn’t a brilliant idea in the long term. At that time having a male child was considered more valuable, so now there are 30 million “extra” men around, many of whom will never find a partner. This is very threatening to national stability in an already complicated cultural mechanism that looks at the marriage not as a celebration of love, but more as a socio-economic agreement (or deal) between 2 families. Chinese marriage is not a real choice, in fact, it is way more a matter of fact of being chosen by someone who looked at you like a commodity.
Men are expected to bring money and always be dominant. On the other hand, women are expected to be young and manageable and in order to marry “up” and be finally happy and fulfilled with children. There is no happiness in being alone, and that’s why leftover women, even being very successful and highly educated, are seen as rebels: they don’t follow the social order, and they are considered as something to fight, to control, to diminish, to feel uncomfortable about.
The beauty of this documentary is made by 2 things: faces and words.
More than a very accurate journalism report, the documentary is more a story about humans still not being able to be independent, and Shlam chooses to talk about this with a more intimate and honest look, wisely using close-ups of the people in it. The video camera gently lingers on the faces in the real moment of disillusionment, envy, memory, anger, shame; when these women realise that it’s impossible to be different from what they are, and they still have to choose between fight, and manage all the consequences, or surrender and keep their dignity up.
The determined choice to show the rawness in usual conversations is really emotionally exhausting to process, but at least it helps to understand how difficult must be living in a perpetual judgemental condition, where everything about yourself have to be always on the table and nothing can be hidden anywhere safe. This is the real power of the movie: show the dichotomy between what you are and what the world wants from you.
These 2 things remain always very distinct, there is no fusion or synthesis between them, and the solutions are usually only 2: keep yourself nice and tame in order to learn to act well, or grab your balls and run away from the circle that they drew around you.
Leftover Women comes recommended if you are in your 30s, and people make you feel uncomfortable about your choices, if your ovaries weirdly start to ticking, if you are the only one of your friends not been married yet, if your mom asks you when she’s going to have grandchildren, and you feel lost and too scared to find the right words to just say: “Now, I just really don’t know”.
The best: Masochistically, I will say that all the dialogues are so true, so painful, so straight, so unfairly real to give us a great spotlight of women’s private struggle.
The worst: Would have liked to see a deeper social and political analysis of Chinese government policies about family and parenthood, but I assume that this point is missed on purpose.
TRAILER
Leftover Women (Israel, 2019) Reseña
"Lo siento si soy demasiado directa, pero no eres hermosa en el sentido tradicional... Además, eres vieja"
Director: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Guion: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Shosh Shlam, un director israelí nacido y criado en una de esas comunidades judías ultraortodoxas que hacen que las esposas produzcan una multitud de niños, tenía mucha curiosidad por investigar e informar cómo funciona realmente la maternidad en un país que en su lugar recomienda por completo (o tal vez deberíamos decir fuerza) a que las mujeres tengan un solo hijo y, antes de eso, las estresen de alguna manera a casarse jóvenes con... Quizás, “alguien bueno” para finalmente encontrar un lugar en el mundo.
Sheng nu es un término despectivo popularizado por el gobierno chino para describir a las "mujeres sobrantes", todas aquellas pobres desafortunadas a finales de sus 20 y 30 años que no han tenido la suerte / inteligencia / rapidez suficiente para ubicarse en un contexto familiar como esposas y madres.
El documental sigue a 3 mujeres de Beijing que luchan por conseguir un marido y hacer felices a todos los que les rodean, sin vender sus vidas y sus almas.
Hua Mei, es una abogada de éxito que visita una agencia de citas para encontrar su pareja perfecta. Después de hablar un poco con el agente, el único comentario que recibe es que su edad y su apariencia la convierten en una opción no viable para el mercado matrimonial.
"No eres nada especial, las personas de tu nivel no estarán interesadas en ti. Así que ya sabes, no seas pretenciosa; te estas quedando sin tiempo."
Para Gai Qi es más complicado: su familia era bastante rica, pero su padre murió demasiado pronto y dejó a la familia en una mala situación económica que interfiere con la posibilidad de organizar un buen matrimonio. Nadie quiere a una chica pobre, incluso si es una buena trabajadora. Entonces, la única solución es un pragmatismo desencantado porque, después de todo: “Necesitas comprometerte con tu matrimonio”.
Xu Min tiene una licenciatura en Comunicación, es la presentadora de un exitoso programa de radio pekinés, y es una visitante habitual de citas rápidas / a ciegas (sinceramente, parecen más mercados humanos terroríficos); eventos especiales a los que asisten no solo jóvenes, sino también todos aquellos padres que buscan a su alrededor, como sabuesos, para encontrar parejas adecuadas para sus queridos hijos.
Claramente, no son escenarios fantásticos para encontrar almas gemelas y disfrutar de tu vida.
Los matrimonios son algo que la sociedad y el gobierno chinos quieren regular y controlar desesperadamente. Mirando hacia atrás, la política del hijo único introducida en China en 1979 como un programa de planificación familiar no fue una idea brillante a largo plazo. En ese momento, tener un hijo varón se consideraba más valioso, por lo que ahora hay 30 millones de hombres "adicionales", muchos de los cuales nunca encontrarán una pareja. Esto es una amenaza para la estabilidad nacional en un mecanismo cultural ya complicado que considera el matrimonio no como una celebración de amor, sino más bien como un contrato (o acuerdo) socioeconómico entre 2 familias. El matrimonio chino no es una elección real, de hecho, es más una cuestión de ser elegido por alguien que te mira como una mercancía.
Se espera que los hombres traigan dinero y sean siempre dominantes. Por otro lado, se espera que las mujeres sean jóvenes y manejables y que se casen "hacia arriba" y estén finalmente felices y satisfechas con los niños. No hay felicidad en estar sola, y es por eso que las mujeres sobrantes, incluso teniendo mucho éxito y siendo altamente educadas, son vistas como rebeldes: no siguen el orden social, y son consideradas como algo contra lo que luchar, controlar, disminuir, sentirse incómodo.
La belleza de este documental está compuesta por 2 cosas: caras y palabras.
Más que un preciso informe periodístico, el documental es más una historia sobre humanos que aún no pueden ser independientes, y Shlam elige hablar de esto con una mirada más íntima y honesta, usando sabiamente los primeros planos de las personas que lo componen. La cámara se demora suavemente en los rostros en el momento real de desilusión, envidia, memoria, ira, vergüenza; cuando estas mujeres se dan cuenta de que es imposible ser diferentes de lo que son, y todavía tienen que elegir entre pelear y manejar todas las consecuencias, o rendirse y mantener su dignidad.
La decisión determinada de mostrar la crudeza en las conversaciones es emocionalmente agotadora, pero al menos ayuda a comprender lo difícil que debe ser vivir en una condición de juicio perpetuo, donde todo sobre ti tiene que estar siempre sobre la mesa y nada puede estar escondido en un lugar seguro. Este es el verdadero poder de la película: muestra la dicotomía entre lo que eres y lo que el mundo quiere de ti.
Estas 2 cosas permanecen siempre muy distintas, no hay fusión o síntesis entre ellas, y las soluciones generalmente son solo 2: mantente agradable y mansa para aprender a actuar bien, o agarra tus ovarios y huye del círculo que han dibujado a tu alrededor.
Leftover Women se recomienda si tienes más de 30 años y la gente te hace sentir incómoda con tus elecciones, si tus ovarios comienzan a funcionar de manera extraña, si eres la única de tus amigas que aún no se ha casado, si tu madre te pregunta cuándo vas a tener nietos, y te sientes perdida y demasiado asustada para encontrar las palabras correctas para decir: "Ahora, realmente no lo sé".
Lo mejor: Masoquistamente, diré que todos los diálogos son tan verdaderos, tan dolorosos, tan directos, tan injustamente reales que nos dan una gran atención sobre la lucha privada de las mujeres.
Lo peor: Me hubiera gustado ver un análisis social y político más profundo de las políticas del gobierno chino sobre la familia y la paternidad, pero supongo que este punto se omite a propósito.
Director: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Guion: Shosh Shlam, Hilla Medalia
Shosh Shlam, un director israelí nacido y criado en una de esas comunidades judías ultraortodoxas que hacen que las esposas produzcan una multitud de niños, tenía mucha curiosidad por investigar e informar cómo funciona realmente la maternidad en un país que en su lugar recomienda por completo (o tal vez deberíamos decir fuerza) a que las mujeres tengan un solo hijo y, antes de eso, las estresen de alguna manera a casarse jóvenes con... Quizás, “alguien bueno” para finalmente encontrar un lugar en el mundo.
Sheng nu es un término despectivo popularizado por el gobierno chino para describir a las "mujeres sobrantes", todas aquellas pobres desafortunadas a finales de sus 20 y 30 años que no han tenido la suerte / inteligencia / rapidez suficiente para ubicarse en un contexto familiar como esposas y madres.
El documental sigue a 3 mujeres de Beijing que luchan por conseguir un marido y hacer felices a todos los que les rodean, sin vender sus vidas y sus almas.
Hua Mei, es una abogada de éxito que visita una agencia de citas para encontrar su pareja perfecta. Después de hablar un poco con el agente, el único comentario que recibe es que su edad y su apariencia la convierten en una opción no viable para el mercado matrimonial.
"No eres nada especial, las personas de tu nivel no estarán interesadas en ti. Así que ya sabes, no seas pretenciosa; te estas quedando sin tiempo."
Para Gai Qi es más complicado: su familia era bastante rica, pero su padre murió demasiado pronto y dejó a la familia en una mala situación económica que interfiere con la posibilidad de organizar un buen matrimonio. Nadie quiere a una chica pobre, incluso si es una buena trabajadora. Entonces, la única solución es un pragmatismo desencantado porque, después de todo: “Necesitas comprometerte con tu matrimonio”.
Xu Min tiene una licenciatura en Comunicación, es la presentadora de un exitoso programa de radio pekinés, y es una visitante habitual de citas rápidas / a ciegas (sinceramente, parecen más mercados humanos terroríficos); eventos especiales a los que asisten no solo jóvenes, sino también todos aquellos padres que buscan a su alrededor, como sabuesos, para encontrar parejas adecuadas para sus queridos hijos.
Claramente, no son escenarios fantásticos para encontrar almas gemelas y disfrutar de tu vida.
Los matrimonios son algo que la sociedad y el gobierno chinos quieren regular y controlar desesperadamente. Mirando hacia atrás, la política del hijo único introducida en China en 1979 como un programa de planificación familiar no fue una idea brillante a largo plazo. En ese momento, tener un hijo varón se consideraba más valioso, por lo que ahora hay 30 millones de hombres "adicionales", muchos de los cuales nunca encontrarán una pareja. Esto es una amenaza para la estabilidad nacional en un mecanismo cultural ya complicado que considera el matrimonio no como una celebración de amor, sino más bien como un contrato (o acuerdo) socioeconómico entre 2 familias. El matrimonio chino no es una elección real, de hecho, es más una cuestión de ser elegido por alguien que te mira como una mercancía.
Se espera que los hombres traigan dinero y sean siempre dominantes. Por otro lado, se espera que las mujeres sean jóvenes y manejables y que se casen "hacia arriba" y estén finalmente felices y satisfechas con los niños. No hay felicidad en estar sola, y es por eso que las mujeres sobrantes, incluso teniendo mucho éxito y siendo altamente educadas, son vistas como rebeldes: no siguen el orden social, y son consideradas como algo contra lo que luchar, controlar, disminuir, sentirse incómodo.
La belleza de este documental está compuesta por 2 cosas: caras y palabras.
Más que un preciso informe periodístico, el documental es más una historia sobre humanos que aún no pueden ser independientes, y Shlam elige hablar de esto con una mirada más íntima y honesta, usando sabiamente los primeros planos de las personas que lo componen. La cámara se demora suavemente en los rostros en el momento real de desilusión, envidia, memoria, ira, vergüenza; cuando estas mujeres se dan cuenta de que es imposible ser diferentes de lo que son, y todavía tienen que elegir entre pelear y manejar todas las consecuencias, o rendirse y mantener su dignidad.
La decisión determinada de mostrar la crudeza en las conversaciones es emocionalmente agotadora, pero al menos ayuda a comprender lo difícil que debe ser vivir en una condición de juicio perpetuo, donde todo sobre ti tiene que estar siempre sobre la mesa y nada puede estar escondido en un lugar seguro. Este es el verdadero poder de la película: muestra la dicotomía entre lo que eres y lo que el mundo quiere de ti.
Estas 2 cosas permanecen siempre muy distintas, no hay fusión o síntesis entre ellas, y las soluciones generalmente son solo 2: mantente agradable y mansa para aprender a actuar bien, o agarra tus ovarios y huye del círculo que han dibujado a tu alrededor.
Leftover Women se recomienda si tienes más de 30 años y la gente te hace sentir incómoda con tus elecciones, si tus ovarios comienzan a funcionar de manera extraña, si eres la única de tus amigas que aún no se ha casado, si tu madre te pregunta cuándo vas a tener nietos, y te sientes perdida y demasiado asustada para encontrar las palabras correctas para decir: "Ahora, realmente no lo sé".
Lo mejor: Masoquistamente, diré que todos los diálogos son tan verdaderos, tan dolorosos, tan directos, tan injustamente reales que nos dan una gran atención sobre la lucha privada de las mujeres.
Lo peor: Me hubiera gustado ver un análisis social y político más profundo de las políticas del gobierno chino sobre la familia y la paternidad, pero supongo que este punto se omite a propósito.
TRAILER