El fiscal Takeshi Mogami es el encargado de liderar el departamento de casos violentos. Es todo un profesional dentro de su campo y un hombre de éxito en el ámbito social, pero con una vida familiar horrible. El joven y novato fiscal Okino es asignado para trabajar a las órdenes de Mogami, al cual admira con toda su alma. Ambos serán los encargados de investigar un doble caso de asesinato, donde están involucrados varios sospechosos. Todo cambiará para nuestros protagonistas cuando un antiguo asesinato tenga conexión con el caso del presente.
Killing for the prosecution es un estupendo thriller de corte clásico, que posee todos los buenos elementos del género y potencial suficiente para demostrar originalidad propia. La cinta avanza a paso lento pero firme, dando tiempo al espectador a degustar toda la información que nos muestra en su intenso primer acto (sí, la trama requiere atención extra).
Un guión absorbente y de ejecución impecable divido en tres actos, que se mantiene bien estructurado durante sus dos horas de duración. La trama nos lleva por un viaje crudo, voraz e intenso sobre la corrupción, la venganza y la verdad. Una historia rebosante de giros y sorpresas que captan nuestra atención y nos hacen pensar sobre cuál será el siguiente movimiento argumental.
A nivel interpretativo la cinta es bastante destacable, sobre todo por nuestros protagonistas Takuya Kimura y Kazunari Ninomiya, dos poderosas interpretaciones cargadas de matices y buen hacer que realzan los momentos más potentes del film. El elenco de secundarios también ofrecen un buen nivel de ejecución en sus papeles.
La banda sonora acompaña al espectador de manera perfecta en este carrusel de emociones con una buena variedad de melodías, todas ellas están seleccionadas al milímetro.
En definitiva, Killing for the prosecution es una excelente cinta de investigación, un thriller perfectamente rodado y ejecutado, que avanza con paso lento pero firme para mostrarnos realidades a veces devastadoras.
Lo mejor: Las interpretaciones. El ritmo en el que desenvuelve la trama.
Lo peor: Un guión denso que puede saturar a algunos espectadores.
Director: Kim Joo-hwan Guion: Kim Joo-hwan Reparto: Park seo-joon, Ahn Sung-Ki, Woo Do-Hwan. Yong-hoo es un joven luchador de MMA que ha cosechado un éxito abrumador. Pero vive sumergido en el odio y la rabia por un suceso de su pasado. El padre Ahn es un prestigioso exorcista obsesionado con encontrar al sacerdote oscuro que roba las almas de los mortales en la ciudad. Después de que su ayudante dimitiera, Ahn pedirá al experimentado luchador que le ayude en sus exorcismos.
Desde que la cinta The Priests (Corea del Sur, 2015) dirigida por Jang Jae-hyun llegara a los cines hace unos años se han ido estrenando varias producciones sobre el tema de exorcismos. Además, la cinta presume de ser la primera en introducir elementos católicos, ya que anteriormente los ritos se mostraban desde el taoísmo, budismo, etc. Hoy hablaremos sobre una de estas producciones, The Divine Fury.
En 2017, el director Kim Joo-hwan ya nos sorprendió con la comedia de acción Midnight runners, una mezcla explosiva de géneros que nos encantó. En 2019 regresa con una producción interesante y atrevida en algunos aspectos, pero respetando las bases del género de terror. Estamos ante un director a tener muy en cuenta.
The Divine Fury es una excelente cinta de género, que mezcla drama, terror y acción de una manera dinámica, natural y fluida. Todo en su justa medida para ofrecernos un entretenimiento de calidad. Creando un mundo de fantasía a su alrededor del cual nos hubiera gustado saber más. A nivel interpretativo nos encontramos con un film muy sólido sobre todo a nivel dramático, ya que la trama posee una importante carga de emociones y lagrimones. Park seo-joon y el veterano Ahn Sung-Ki como dúo protagonista son una delicia, con una complicidad y saber hacer envidiables. Crean una extraña y entrañable pareja que esperamos poder ver en más de una aventura juntos. Woo Do-Hwan como villano nos ofrece una interpretación correcta, quizás le falte algo de carisma al personaje pero cumple con creces.
The divine Fury es un film contenido en su primera mitad apoyándose más en el drama y en sus momentos de terror, con una estructura más clásica. Y no es hasta su tramo final donde se libera y nos ofrece un espectáculo de acción y fantasía excelente. La coreografías casi en plano secuencia sin apenas demasiados cortes ofrecen un clímax a la altura, y demuestran el buen gusto del director por la acción más artesanal. En algunos aspectos como el CGI, maquillaje y planteamiento de los exorcismos, la cinta tiene un tono de serie B que le sienta muy bien y la hace diferente de las demás producciones coreanas de terror. Aunque también hay que decir que el trailer puede llegar a engañar, ya que no es un actioner al uso, si no más bien una historia de terror con pinceladas dramáticas y excelentes escenas de acción en su recta final. Su banda sonora es ágil y de tono guitarrero, combinando música electrónica con las típicas melodías que puedes encontrar en cualquier película del género.
En definitiva, The divine Fury es una curiosa mezcla que sorprendentemente funciona muy bien en casi todos sus aspectos. Terror, drama y acción en dosis correctas para el espectador en un notable producto de entretenimiento que nos ha encantado.
Lo mejor: El dúo protagonista. Sus cuidadas escenas de acción.
Lo peor: Esperábamos más acción viendo el trailer. Nos quedamos con ganas de saber más sobre el mundo de los demonios.
"La policía no llegará a tiempo" Director: Kim Joo-hwan Guion: Kim Joo-hwan Reparto: Park Seo-Joon, Kang Ha-Neul, Park Ha-seon, Sung Dong-il.
Ki-joon y Hee-yeol son dos jóvenes estudiantes de la universidad nacional de policías de Corea del Sur. Un día presencian un secuestro en plena calle, lo cual les lleva a reportarlo a sus superiores. Pero por falta de pruebas y trámites burocráticos, el caso queda en standby. Nuestros protagonistas decidirán llevar la investigación por su cuenta, lo que les llevará a un sin fin de situaciones peligrosas con tal de salvar a la joven chica del grupo organizado que la tiene secuestrada.
Midnight runners es una excelente comedia de acción, con todos los ingredientes necesarios para deleitarnos con un buen menú cinematográfico. Una buddy movie ágil y bien elaborada, de producción notable y con un guion a la altura. Posee un regusto a comedia snowball que le otorga frescura y originalidad, que atrapa desde el minuto uno hasta el final de sus casi dos horas de duración. Todo esto sumado a dos actores protagonistas en estado de gracia da como resultado una de las mejores sorpresas del 2017.
Un film agradable y trepidante, que combina con facilidad el cine policiaco con la mejor comedia, y que consigue mantenernos atentos en este viaje por las peligrosas noches de Corea del Sur.
El dúo protagonista, Park seo-joon y Kang Ha-neul, está increíble en sus papeles, llevando absolutamente casi todo el peso de la cinta con una química que traspasa la pantalla. Hay momentos realmente divertidos en de Midnight runners, pero su virtud también reside en las escenas dramáticas o de tensión donde hacen un trabajo excelente. Como toda producción de este tipo dentro de la filmografía coreana, hay decenas de secundarios al cual más estrambótico o variopinto, que dotan a la cinta de una extraña originalidad.
Puede parecer que Midnight runners tenga un guion soso, o que simplemente busque la risa fácil, pero la realidad es que su trama (aunque esté adornada con humor) es cruda y trata un tema bastante complicado, que no os diremos por aquí para no "spoilearos". Las escenas de acción (en especial en su tramo final) son sorprendentemente espectaculares, bien rodadas y ejecutadas. Un filme equilibrado y directo.
En definitiva, una excelente propuesta para pasar un rato agradable con una producción de calidad. Una buddy movie con todos los elementos que tanto gustan a los que somos amantes del género. No os la perdáis y vedla en compañía. Great!
Lo mejor: El dúo protagonista. Su excelente guion acompañado de unas escenas de acción trepidantes.
Lo peor: Tener que esperar a que acaben de rodar la segunda parte.