Director: Márk Bodzsár
Guion: Márk Bodzsár
Reparto: Lili Walters, Ervin Nagy, Zsolt Nagy, Alexandra Borbély
Hungría, años 70. Tras 20 años exiliado en Cuba para participar en la revolución junto a Castro y el Che Guevara, el héroe nacional (o “camarada”) Fabián regresa a casa en representación de la Cruz Roja para liderar una campaña de donación de sangre destinada a Vietnam. Sin embargo, hay algo raro en él: No ha envejecido ni un día desde la última vez que se le vio, conduce un coche rojo más propio de un playboy que de un héroe del Régimen y tiene hábitos un tanto extraños. A pesar de la alegría por su regreso, todo esto no pasa inadvertido a los servicios secretos del país, que encargan el seguimiento y vigilancia de Fabián a María y a Laszlo, dos agentes que además de compartir profesión, comparten cama, lo que da lugar a un siempre interesante triángulo amoroso con el recién llegado camarada.
El director húngaro Márk Bodzsár nos ofrece una entretenida comedia que mezcla momentos de humor relacionados con los “básicos” del cine de vampiros (personajes con ristras de ajos alrededor del cuello, crucifijos, etc.) con pinceladas de crítica política, algo de comedia romántica y un toque muy, muy leve de feminismo.
El director húngaro Márk Bodzsár nos ofrece una entretenida comedia que mezcla momentos de humor relacionados con los “básicos” del cine de vampiros (personajes con ristras de ajos alrededor del cuello, crucifijos, etc.) con pinceladas de crítica política, algo de comedia romántica y un toque muy, muy leve de feminismo.
Además de la historia, cabe destacar también el interesante despliegue de personajes que acompañan al seductor vampiro y a los agentes encargados de descubrir el secreto de su eterna juventud, con los que nos podemos identificar fácilmente como, por ejemplo, los cotillas vecinos de Mária (porque todos hemos sido o tenido vecinos curiosos en algún momento de nuestra vida), o las chicas del taller, que caen rendidas a los encantos de Fabián como si de una estrella del rock se tratase (¿quién no ha suspirado al tener a su ídolo delante?). En definitiva, un conjunto de personajes complementarios que dan mucho juego, entretienen, y ayudan con los matices cómicos de la película.
La verdad es que Comrade Drakulich no es una gran superproducción que dejará ojiplático a quien la vea. Ni falta que hace. Es una película sencilla, directa, perfectamente ambientada y con una banda sonora excepcional que ayuda al espectador a meterse de lleno en la trama. Un espectador que, para disfrutarla, solo debe dejar que el seductor héroe le coja de la mano y le lleve por las calles del Budapest de hace unas décadas. Eso sí, siempre con un crucifijo encima y sin perder de vista la botella de bebida roja… por si acaso.
Lo mejor: Que es una película de vampiros sin ser “una película de vampiros”. Algunas escenas en las que intervienen los vecinos chismosos de Mária.
Lo peor: A veces, el humor puede resultar algo simple.
Lo mejor: Que es una película de vampiros sin ser “una película de vampiros”. Algunas escenas en las que intervienen los vecinos chismosos de Mária.
Lo peor: A veces, el humor puede resultar algo simple.
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