viernes, 12 de abril de 2019

The happiness of the Katakuris (Japón, 2001)

"¿Por qué vienen todos a morir a aquí?"

Director: Takashi Miike
Guion: Kikumi Yamagishi
Reparto: Kenji Sawada, Keiko Matsuzaka, Shinji Takeda, Naomi Nishida, Kiyoshirô Imawano, Tetsurô Tanba, Tamaki Miyazaki


Masao Katakuri (Kenji Sawada) obliga a su familia a comprar un hostal en medio de la nada con la promesa de que van a construir una carretera importante cerca de él. La familia, un tanto peculiar, está formada por la pareja Masao y Terue (Keiko Matsuzaka), su hijo Masayuki (Shinji Takeda), un chico vago y sin aspiraciones, su hija Shizue (Naomi Nishida), una mujer enamoradiza y madre soltera, la hija de Shizue, Yurie (Tamaki Miyazaki) y el patriarca con la cabeza ida Ojisan Jinpei (Tetsurô Tanba). Masao y Terue intentarán hacer todo lo posible para hacer de este hostal un lugar acogedor, mientras que Masayuki no parará de quejarse, Shizue intentará encontrar a un nuevo padre para Yurie y Ojisan Jinpei pasará las horas en el jardín lanzando piedras a los cuervos con su perro Poochi. Los problemas empezarán cuando, los pocos huéspedes que llegan hasta su hostal, vayan muriendo uno tras otro en accidentes. Masao, para salvar la reputación del hostal que todavía no ha arrancado, intentará a toda costa esconder los cadáveres, pero estos se van acumulando y la policía puede arruinar sus planes...


La carrera de Takashi Miike es abundante y llena de rarezas. Ha tocado todos los géneros habidos y por haber. En esta ocasión, se marca un remake bastante esquizofrénico de The quiet family de Kim Jee Won, creando un dramedy musical de ciencia ficción. 

Marcan de manera sorprendente unos actores que no cantan demasiado bien (si exceptuamos a Richard, interpretado por Imawano, en paz descanse), con una variedad de estilos musicales que ya lo quisieran algunos (tenemos temas clásicos al más puro estilo The sound of music, temas salseros a lo Gloria Estefan o temas ochenteros a lo Pimpinela). Y es que la sutileza, al menos en el momento que fue rodada esta película, nunca ha sido el plato fuerte de Miike.


The happiness of the Katakuris es una película llevada al extremo en todo: las actuaciones sobreactuadas, los personajes con un solo tipo de emoción, los vestuarios extravagantes, las localizaciones absurdas (por el amor de dios, el hostal está en un vertedero), las canciones y los bailes amateurs... Todo en el film rebosa tosquedad.

Y después de parecer que os estoy hablando de la peor película del mundo, os cuento que es maravillosamente divertida. Todo lo extravagante y absurdo que hay en la cinta hace que sea espectacular. Las canciones se pegan a tu cabeza, la simpleza de los personajes hace que te encariñes de ellos, las muertes se vuelven divertidas. Si le preguntas a Miike como o por qué crea este tipo de películas con géneros tan distintos te responderá que para él los géneros no tienen importancia, de ahí que pueda mezclarlos sin pudor alguno (podéis leer la entrevista que le hicimos aquí). Supongo que por eso sus películas siempre nos han parecido únicas.



Nada más que decir que veáis el film, esperando que lo disfrutéis y que nos deis vuestra opinión.

Lo mejor: Richard, interpretado por Imawano, es soberbio.

Lo peor: Es estridente y sobrecargada a más no poder. Si no estás en esa onda, no la veas.


TRAILER



miércoles, 10 de abril de 2019

MASTER Z: IPMAN Legacy (Hong Kong/China, 2018)

"Hace tiempo que dejé las artes marciales"

Director: Yuen Woo-Ping
Guion: Edmond Wong, Chan Tai-lee
Reparto: Max Zhang, Michelle Yeoh, Dave Bautista, Tony Jaa.

Después de ser derrotado a manos de Ipman, el maestro de Wing chun Cheung Tin-Chi (Max Zhang) vive una vida sencilla en el anonimato. Acompañado de su hijo y apartado totalmente de las artes marciales, es dueño de un pequeño negocio local. Un buen día, después de hacer un reparto y al intentar salvar a una mujer que estaba en peligro, nuestro protagonista se verá involucrado en una pelea con la mafia local. A partir de este suceso, Cheung será perseguido y deberá proteger a su familia.

La saga Ipman nos ha dado muchas alegrías a los amantes del género de las artes marciales, tanto la saga dirigida por Wilson Yip como por sus otros spinoffs, los cuales presumen de estar encabezados por grandes directores como Herman Yau o Yuen Woo-ping. Master Z no es la excepción, ya que estamos ante una cinta notable dentro de la extensa saga de Wing chun. Una obra sencilla en esencia, pero con un regusto clásico exquisito, que dota al film de un aire local que nos encanta.



Es indiscutible el carisma que rebosa el personaje de Max Zhang en Ipman 3, el cual se ha merecido con creces este estupendo spinoff. En Master Z vemos la redención del personaje y como la humildad se apodera de él después de perder a manos de Ipman. El veterano director Yuen Woo-ping nos regala una cinta en tono clásico, en ejecución y esencia, pero su colorista fotografía y cuidado estético crean una mezcla de pasado y presente que le otorgan originalidad a la obra. De guion simple pero efectivo, con bastante más carga emocional que sus hermanas de saga.

El veterano actor Yuen Shun-Yi se encarga de las coreografías, el cual lleva a sus espaldas grandes producciones como director de acción, Wing Chun, The Grandmaster, Iron Monkey son algunas de sus obras como coreógrafo. En Master Z nos deleita con escenas clásicas de Kung-fu, ingeniosas y fantasiosas, repletas de cables y saltos imposibles. Esto a muchos puede parecerle cargante e incluso ridículo, pero a nosotros nos encanta, ya que no deja de ser una cinta clásica de artes marciales rodada en la actualidad. Coreografías espectaculares y cargadas de detalles le dan a esta producción un sello de calidad único.

Max Zhang como siempre está sublime, ágil, carismático y con mucha técnica marcial, y aunque a nivel interpretativo podría estar mejor, cumple con creces en el papel del joven padre y maestro de Wing Chun.

El elenco de personajes es variado y podemos encontrar muchas caras conocidas. Michelle Yeoh regresa estupenda con unas preciosas y poderosas coreografías de espadas, una gozada para los que vivimos los años dorados de esta diosa de las artes marciales. Y como ya vimos en anteriores partes de la saga y lo veremos en la futura Ipman 4, se incorporan personajes occidentales al reparto (casi siempre son malvados…). En este caso va más allá, ya que Dave Bautista produce e interpreta la película, en un papel bastante curioso y elaborado. Las escenas de acción están muy bien implementadas para su estilo de lucha. Espectacular. Como curiosidad tenemos al bueno de Tony Jaa haciendo una especie de papel secundario con alguna que otra buena escena de acción interesante, aunque su papel se esfuma rápidamente en la cinta.

Desde que en Ipman 2 dejaron de un lado ese tono serio de biopic, para centrarse en films de Kung-fu con historias sencillas pero repletas de acción, y aunque ninguna es como la primera parte, creemos que es un acierto el camino que ha tomado la saga, ya que de la otra manera pensamos que se abría quemado mucho antes, buscando la seriedad y el realismo histórico.




Su banda sonora es agradable y acompaña muy bien el tono local de la cinta, subiendo la intensidad en los momentos de mayor clímax.

Uno de los puntos fuertes de Master Z es su colorista y viva fotografía, que, en conjunto con un trabajo de localizaciones y vestuario excelente, genera un tándem espectacular y muy vivo.

En definitiva, Master Z es una cinta clásica de Kung-fu, una obra con aire local de regusto melancólico, y un digno spin off de la longeva saga. Quizás los más puritanos la encuentren ridícula y exagerada, pero si sois amantes de las cintas de artes marciales clásicas, no os la perdáis.

Lo mejor: Michelle Yeoh y las geniales coreografías del film y sus imposibles movimientos.

Lo peor: Quizás el guion sea demasiado simple.
Alguna que otra interpretación de bastante dudosa calidad.
El fugaz papel de Tony Jaa, creemos que el personaje podía dar más de sí.


TRAILER

lunes, 8 de abril de 2019

Blue Spring (Japón, 2001)

"Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete..."

Director: Toshiaki Toyoda
Guion:Toshiaki Toyoda

Reparto: Ryûhei Matsuda, Hirofumi Arai, Sôsuke Takaoka, Mame Yamada

A Kujo (Ryûhei Matsuda) no le importa nada. En el colegio en el que estudia a nadie le importa nada. La violencia, lo sórdido, la desgana, la dejadez, son parte del ambiente donde crece este adolescente. Cuando un buen día conoce al tímido Aoki (Hirofumi Arai), Kujo se convertirá en el nuevo líder de la escuela.

Con esta sencilla premisa empieza la magnífica cinta de Toshiaki Toyoda, dando paso a cuestiones mucho más complicadas como la madurez, la sexualidad o la validez de la vida. En esta película, Toyoda nos cuenta la evolución de cada uno de sus personajes, de la frágil adolescencia al comienzo de la edad adulta, con todas las inseguridades que esto comporta. Y no solo eso, si para los seres humanos sin graves problemas ya es complicada esa etapa, para estos despojos de la sociedad lo será mucho más. Cuando Kujo entra en el círculo de Aoki ganando el juego de las palmas (donde todos los que quieren ser jefe de la escuela, se cuelgan de la barandilla del último piso y gana el que más palmadas da sin caerse), lo hace como el jefe de la banda. Un jefe que en realidad no quiere maltratar porque sí, aunque se impone cuando hace falta.



Kujo representa la historia con más instinto animal, una persona sin alma, sin objetivos, sin amor: un alfa. Mientras que Aoki representa un poco el complemento, la servidumbre, la timidez: el beta. La llegada de Hanada-sensei (Mame Yamada), hará que Kujo se replantee muchas cosas, haciendo que Aoki se sienta perdido sin su líder y decida poner cartas en el asunto.


En el apartado técnico, director, fotógrafo (Norimichi Kasamatsu), director de arte (Mitsuo Harada) y banda sonora (enteramente compuesta por Thee Michelle Gun Elephant) rozan la perfección al unirse de manera eficaz para contar la historia. No hay una parte que pueda vivir sin la otra. Unos planos decididos, una fotografía fría y calculada, un ambiente desolador y una música desgarradora y triste.


Esto es Blue Spring, una película sorprendente bajo la fachada de la típica película de estudiantes.

Lo mejor: Sin duda, descubrir un gran director y una banda sonora espectacular.

Lo peor: Creer que vas a ver Crows 0. Sí, hay estudiantes con uniformes, sí, hay jefecillos, sí hay peleas, pero la película no se centra en eso.


TRAILER