El día empieza prontito para nosotros, nos esperaban unas cuantas películas por delante! Casi no nos dio tiempo ni a desayunar que ya estábamos haciendo cola en el Auditori.
Una de las películas que más ganas teníamos de ver era la tercera parte de "The Cornetto Trilogy", The World's End y es que somos muy fanses de Edgar Wright. No es que las películas tengan un hilo conductor entre si, es decir, dentro de la trilogía del Cornetto las películas son completamente diferentes, no tienen un argumento en común. Excepto que en las tres películas, los hechos que se presentan son fantásticos, los protagonistas no son muy brillantes (a excepción de Sargent Angel en Hot Fuzz), siempre hay un salto de valla y siempre, SIEMPRE, hay un helado Cornetto. Esta última, The World's End, no es una excepción. Nos prometieron risas, violencia, tontunas y eso és lo que vimos. Un auténtico despiporre de alcoholismo regado con una pizca de ciencia ficción. Ojo, si véis esta película en casa, preparad las cervezas y los cigarrillos, hacednos caso!
No nos dio tiempo casi ni de salir del Auditori cuando ya estábamos entrando a ver la siguiente, The Call.
No sabíamos muy bien que esperar de ella. Parecía otro thriller americano más. Pero servidora adooooora los thrillers. Y, ¿sabéis que? Pues que es muy buen thriller. Halle Berry nos deleita con una película asfixiante y dura. Salimos de allí fascinados, por la sorpresa que nos habíamos llevado. Y sí, Brad Anderson nos gusta, nos ha gustado siempre.
Y casi sin aliento llegamos a la tercera película del Auditori, A Glimpse Inside the Mind of Charles Swan III. Ésta es una de esas películas, que cuando la escoges no sabes si has hecho bien. El trailer prometía mucho. Y Charlie Sheen y Bill Murray también. Prometía ser una película muy divertida, locura tras locura. Y no fue así... Es un drama que te cagas, Charlie Sheen está tan deprimido que da pena verle. Y Bill Murray, pse, que queréis que os diga.
Supongo que si hubiéramos ido con otro chip a ver la película quizás nos hubiera gustado, pero no era lo que íbamos a ver. Los momentos Manuela fueron eternos. Se hizo larga, muuuuuuuy larga.
Cuando salimos del Auditori ya era tardísimo para comer, así que Alex, Íñigo y nosotros dos nos fuimos a comer un plato combinado al pueblo. Ellos dos querían ver más películas, pero nosotros teníamos mejores planes. Así que después de una larga sobremesa, cada uno se fue por su lado.
Ya os he dicho que adoro los thrillers. Y que mejor manera de pasar la tarde que ir a ver el primer capítulo de Fjällbacka Murders. Resulta que una de mis escritoras favoritas, Camilla Lackberg, ha dado permiso para hacer una serie de televisión basada en sus personajes. Y en Sitges, pasaron el piloto de la serie. Como me gustó la estética, ver a los personajes que yo había imaginado en carne y hueso. Y sí, se que yo no soy parcial, ya que la novela y estética sueca me pone tonta. Pero a Mike también le gustó. Y eso, lo creáis o no, es un consuelo para mí. El capítulo fue bastante largo, hora y media de duración aproximadamente. Así que cuando salimos de allí, cenamos un bocata rápido y nos fuimos a descansar. El lunes nos esperaba con impaciéncia!
DÍA 4
El lunes fue un tanto extraño. Tuvimos que venir a Barcelona por la mañana a hacer algunas gestiones personales. Con la tontería se nos hizo muy tarde y casi no llegamos a la película que teníamos programada.
No habíamos visto ninguna película anterior de Jim Mickle, y aunque el rollo canibalismo nos puede, veníamos de tener una mala experiencia con A Glimpse Inside. Pero We are what we are es lo que promete, un cuento gótico espeluznante sobre caníbales. Las dos protagonistas meten el malrollismo en el cuerpo con cada movimiento que hacen. Después de esta gran película una cenita en nuestro chino favorito de Sitges Jardin Bamboo, donde a parte de cocinar estupendamente, las camareras son muy atentas y nos preguntan que hemos visto durante el día. Y otra vez a descansar que todavía nos quedan muchos días!
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